“Señor, mi alma tiene sed de Ti”
Cant 3, 1-4; Sal 62; Jn 20, 1-2. 11-18.
Hoy celebramos a Sta. Ma. Magdalena, discípula del Señor. “Apóstol de los Apóstoles”, como la nombró San Juan Pablo II
En la prueba más difícil de la fe y la fidelidad de los cristianos, la crucifixión del Señor, las mujeres demostraron ser más fuertes que los hombres. María, su Madre y Ma. Magdalena, permanecieron al pie de la cruz. Magdalena fue la primera testigo de la resurrección y quien anuncia a los apóstoles que ha visto al Señor. Es la discípula fiel, la primera en ir al sepulcro y encontrarlo vacío. Quiere estar junto al Señor y va al sepulcro el primer día de la semana, antes de que salga el sol. El verdadero creyente anhela estar con Dios.
Hay tres actitudes que debemos tener para estar con Dios: rectitud, honradez y sinceridad, éstas también rigen nuestra relación con el prójimo.
La observancia de los mandamientos sin amor, es mero cumplimiento, como nos dice San Pablo: sin amor somos como campana que resuena o un platillo estruendoso, “si no tengo amor, no soy nada” (1 Cor 13, 2). Magdalena estaba llena de amor y su anhelo de estar siempre junto al Señor, le llevó a ser elegida para anunciar su resurrección.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Corina Garza
0 comentarios