“Nuestra ayuda es invocar al Señor”
Ex 1, 8-14. 22; Sal 123; Mt 10, 34-11, 1.
Es difícil a veces entender lo que Jesús nos dice. El pasaje del evangelio de hoy (“No he venido a traer la paz sino la espada…”) nos puede confundir, pero, como todo el Evangelio, es buena noticia para los pobres de Israel y para los pobres de hoy, y para nosotros; y será mala noticia para todo aquel que quiera dominar a sus hermanos o aprovecharse de ellos de cualquier forma.
Jesús quiere que este afán por dominar u oprimir, se acabe tanto en el corazón de las personas, como en las instituciones.
Al mismo tiempo, el pasaje que leemos nos ofrece palabras de consuelo y aliento: “Quién los recibe a ustedes, me recibe a Mi; y quien me recibe a Mí, recibe al que me ha enviado”.
Seamos siempre fieles a Jesús y a sus enseñanzas.
Lo que hagamos por los más pequeños, por los pobres, no quedará sin recompensa.
La oración frecuente nos acerca a Jesús y Él nos fortalecerá. Siempre estará con nosotros.
“Nuestro auxilio es el Nombre del Señor, que hizo el Cielo y la Tierra” (Sal 123).
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Corina Garza
0 comentarios