Ex 32, 7-14; Sal 105; Jn 5, 31-47.
“Ustedes no quieren venir a mí para tener vida”
No hay peor ciego que el que no quiere ver. Este refrán podría resumir el pasaje del evangelio de hoy. Los dirigentes judíos han visto que Jesús faltó a la ley del sábado al curar al paralítico. Y lo cuestionan y lo condenan.
Jesús les responde con el discurso de hoy: Juan el Bautista dio testimonio de él y las obras que hace lo acreditan como quien actúa con el poder y la misericordia de Dios; la Escritura, Moisés, ya habían hablado sobre él. Pero los judíos sólo miran a alguien que no respeta la Ley.
Como en aquel experimento en que sentaron a varias personas frente a un inmenso muro blanco que tenía una pequeñísima mancha negra, y les preguntaban ¿qué es lo que ves? Todos respondían: “Veo una mancha negra”. Sólo uno respondió: “Veo un inmenso y hermoso muro blanco”.
–En tu vida, llena de milagros y bendiciones: ¿ves sólo la mancha negra de un problema, una pérdida, una tristeza?
–En tus hermanos, esposo(a), hijos(as), papás, compañeros de trabajo… ¿qué es lo que más llama tu atención: el inmenso muro blanco de su vida que es un regalo para ti, o la manchita negra?.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Silviano Calderón S., cm
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