Is 55, 10-11; Sal 33; Mt 6, 7-15.
“Ustedes oren así”
Las lecturas del día, además de darnos una catequesis sobre la forma de dirigirnos al Padre con la oración por excelencia que es la enseñada por Jesús, nos muestran la fuerza de la palabra que sale de Dios y que comparte con los hombres.
A través del profeta Isaías, queda de manifiesto que la palabra que sale de la boca de Dios no regresa a él estéril, “sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple mi voluntad”. Esta es la misma Palabra que luego de hacerse “hombre y habitar entre nosotros”, nos comparte su palabra para relacionarnos con Dios.
En el Evangelio, Jesús recomendará no hablar mucho, “como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados”, critica así la palabrería e invita a la palabra efectiva y afectiva. La palabra efectiva y el silencio son elementos importantes de la oración, pero también de la acción.
En este pasaje, Jesús nos da las recomendaciones para dirigirnos al Padre, haciendo las peticiones que honran su gloria y su poder y las peticiones que nos auxilian en el caminar de la vida humana. Tenemos así la certeza de que: “El Señor libra al justo de todas sus angustias”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: José Luis Rodríguez Vázquez
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