Sir 17, 20-28; Sal 31; Mc 10, 17-27.
«Ve y vende lo que tienes y sígueme”
El relato del Evangelio está narrado con intensidad especial. Jesús se pone en camino hacia Jerusalén, pero antes de que se aleje de aquel lugar, llega “corriendo” un desconocido que “cae as” ante Él para retenerlo. Lo necesita urgentemente. No es un enfermo que pide curación, no es un leproso que implora compasión. Su petición es otra, necesita orientar su vida: “¿Qué haré para heredar la vida eterna?”. No es una cuestión teórica, sino existencial. No habla en general; quiere saber qué ha de hacer él personalmente. Ha cumplido desde pequeño los mandamientos pero aun así se siente incompleto.
Jesús entiende su insatisfacción y le invita a orientar su vida desde una lógica nueva: “Una cosa te falta”. Lo primero es no vivir agarrado a los bienes materiales –“vende lo que tienes”–, lo segundo ayudar a los pobres –“dales tu dinero”– y por último “ven y sígueme”. El hombre “frunce el ceño y se marcha pesaroso, porque era muy rico”.
Tal vez nosotros tengamos poco o mucho dinero, pero ¿no será también nuestra experiencia? ¿No nos faltará el amor práctico a los pobres?
¿No nos faltará la alegría y la libertad de los seguidores de Jesús?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: José Luis Rodríguez Vázquez
0 comentarios