“Ven Espíritu Santo y llénanos de misericordia”
Tit 1, 1-9; Sal 23; Lc 17, 1-6.
Señor, te pido que me libres de ocasionar cualquier problema; y si lo llegara a hacer, que tenga la humildad para pedir perdón.
Aunque muchas veces me cuesta mucho trabajo tener que ser sencillo y perdonar a quien me hace daño, que mi fe en Ti, Señor, me ayude a seguir este camino de perdón y misericordia. Amén. (Oración escrita por un niño chihuahuense en el acto penitencial antes de su primera comunión).
¡Cuánto bien nos haría hacer esta oración en el examen de conciencia que realizamos al terminar el día! Pues es inevitable el tener problemas y conflictos; pero también es inevitable el perdón, si queremos vivir en la paz del Señor.
Y qué triste es cuando somos nosotros los que buscamos los problemas, el pecado o la ocasión para dañar a otros; porque entonces, estamos actuando de muy mala fe contra nuestros hermanos. Actuar así es perder los valores, es alejarnos de la gracia –esto no es de Dios–.
Tengamos una gran fe que mueva nuestro corazón a buscar siempre a Dios. “Haz Señor, que te busquemos” (Sal 23).
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Arturo García Fonseca, CM
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