Ef 2, 1-10; Sal 99; Lc 12, 13-21.
“Insensato, esta noche vas a morir, de qué te sirve lo acumulado”
En esta parábola Jesús denuncia la codicia y el egoísmo. Este hombre rico vive solamente para este mundo y esta vida. Piensa solo en sí mismo, sin darse cuenta de las necesidades de los demás, a pesar de su propia abundancia.
Todos los ambiciosos planes de este hombre son en vano, porque esa misma noche morirá. ¿Quién heredaría su cuantiosa fortuna, ya que no puede llevársela consigo, a pesar de que vivió como si hubiese podido hacerlo? Se puede argumentar que el hombre rico no es descuidado, porque atesora provisiones para el futuro, pero sólo su propio futuro le preocupa, no el de los otros. No piensa en usar su riqueza para algo mejor.
Señor, hazme una persona agradecida, consciente de que todo lo que es bueno en mi vida viene de ti. Confío llegar a ser una persona que da frutos, en el dar y darme a los que tanto amas. San Juan Pablo II ejerció su pontificado con incansable espíritu misionero, con una caridad abierta a toda la humanidad.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Adrián Acosta López, CM
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