Ez 34, 1-11; Sal 22; Mt 20, 1-16.
“¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero?”
Hoy escuchamos la parábola de los obreros de la viña contratados a diferentes horas del día.
Jesús está hablando del Reino, y a quien haga una lectura superficial le quedará la impresión de que el dueño de la viña es injusto; incluso podemos crear empatía con los que trabajaron toda la jornada y recibieron el mismo salario.
Jesús nos habla de un dueño de un viñedo que, aunque contrató a los trabajadores a diferentes horas, al final les paga a todos “lo justo”. ¿Qué entiende Jesús por “lo justo”?
Normalmente no paramos en los detalles de las parábolas, pero al relatarlas, Jesús nos deja pistas para su comprensión. El dueño necesitaba trabajadores, pero no es un explotador. Los obreros que se encontraban en la plaza tienen la necesidad de un salario para subsistir ellos y su familia, y están en el lugar en donde los contratarán. Todos tienen necesidad de “lo justo”, de ese denario que hará que “haya pan en la mesa de la casa”.
Y no podemos dejar de notar la generosidad del dueño de la viña, “¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?”.
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Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Juan Carlos Reyes Mendoza, cm
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