Is 26, 7-9. 12. 16-19; Sal 101; Mt 11, 28-30.
“Vengan a mí los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré”
Dios siempre busca la manera de comunicarnos su amor, lo hizo de forma grande enviando a su propio Hijo para salvarnos de la esclavitud del pecado y lo sigue haciendo de una y mil maneras con tal de ayudarnos a todos los que acudimos a él.
El evangelio de hoy es pequeñito, Jesús nos invita a ir hacia él, a aprender de él, a ser como él, tolerante y humilde. A vivir la experiencia de una vida unida a Jesús, que hace suave y ligero lo difícil de la vida.
Y junto a Jesús está María, la mejor compañera para crecer en esta experiencia del amor y el consuelo de Jesús. Hoy recordamos la visita que la Madre del cielo hizo a la Casa de las Hijas de la Caridad en París. Platicó cara a cara con Catalina Labouré. El objetivo de la visita fue precisamente transmitir confianza y consuelo, escuchemos a la Virgen:
“¡Hija mía! Dios quiere confiarte una misión. Tendrás que sufrir, pero sobrellevarás esto pensando en que lo haces por la gloria de Dios…; Se te contradirá, pero tendrás la gracia, no temas… Te sentirás inspirada durante tu oración.”
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Norma Leticia Cortés Cázares
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