Os 14, 2-10; Sal 50; Mt 10, 16-23.
“El Espíritu de su Padre hablará por ustedes”
La lectura del evangelio sigue teniendo un sabor a envío~misión, pero también a martirio. Jesús acaba de llamar a los doce y enseguida les pone las cartas sobre la mesa: la tarea no es nada fácil, les advierte, y deberán ser astutos, pero también sencillos.
Si tomáramos estas palabras de Jesús de manera personal, sería bueno preguntarnos: ¿Estoy dispuesto? ¿Ante qué tribunales me toca profesar mi fe? ¿Quién de nosotros ignora que obrar bien trae problemas? Ser honesto, respetar la vida, no mentir por ser cristiano han podido llevarnos a la oficina del jefe, perder una oportunidad de ascenso, tener que renunciar a un empleo y hasta ser víctima de falsos testimonios “por no haber querido cooperar”. ¿Qué tal aquel hermano que deja de hablarnos por dar una opinión desde la fe?
“Serán odiados por todos a causa de mi nombre”, dice Jesús.
El Papa Francisco, por su parte, afirma: “No olvidemos que hoy los mártires cristianos son más numerosos que en los primeros tiempos de la Iglesia”.
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Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Norma Leticia Cortés Cázares
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