En este mes de mayo, en el que celebramos el mes de María y también el Día de las Madres, el Consejo General Internacional de la SSVP presenta una declaración firme sobre el derecho a la vida y sobre el papel protagonista de la mujer.
Es un compromiso absoluto de la Sociedad de San Vicente de Paul (SSVP) el defender la vida y la familia. Somos una entidad laica cristiana, defensora de la sacralidad de la vida y de los valores del Evangelio, que actúa en los cinco continentes y libra una batalla continua contra todas las formas de pobreza.
Con tristeza, vemos por todo todo el mundo grupos que buscan la legalización del aborto. Seguimos la orientación de la Santa Madre Iglesia y somos fieles a las palabras del querido Papa Francisco: «Quiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente. Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido».
Ratificamos nuestra posición de defensa, no sólo por deber cristiano, sino, sobre todo, como una actitud a favor de la sacralidad de la vida del ser humano. Defendemos la vida en todos los momentos y dificultades en que se encuentre. ¡Repudiamos todas las argumentaciones, amenazas y mecanismos contra la vida! No construiremos una sociedad justa, con paz y prosperidad, admitiendo el derecho de asesinar a los seres humanos, sobre todo a los más indefensos e inocentes.
No fue y nunca será una causa que podamos defender, ni aceptar, ni tolerar ni contemporizar. Así, creemos que no hay coherencia ni racionalidad en esta forma de pensar. Nadie —ni naciones, sistemas de gobiernos, ni grupos activistas sin religión— puede negar el derecho a la vida a otros seres humanos.
Como vicentinos, somos eternos e incansables defensores de la vida. Esta tarea nos es irrenunciable como asociación civil de laicos cristianos, devotos y comprometidos con el Reino de Dios.
Nuestra misión es promover la dignidad de la persona humana. Y eso significa, ante todo, reconocer el derecho inviolable a la vida, desde la fecundación hasta la muerte natural.
En nombre de la directiva internacional,
Renato Lima de Oliveira
Presidente General
Fuente: https://www.ssvpglobal.org/
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