Joel 1, 13-15; 2,1-2; Sal 9; Lc 11,15-26.
El Reino de Dios ha llegado a ustedes
La oposición contra Jesús por parte de sus enemigos llegó a extremos curiosos hasta decir que él expulsaba los demonios con el poder de satanás, príncipe de los demonios, ¿Cómo se puede luchar contra el demonio apoyándose en el mismo demonio? Es la pregunta de Jesús a aquella gente de cabeza dura. Jesús responde con ironía preguntando si es que había guerra civil en los demonios de Satanás. Lo que nunca aceptaron los enemigos de Jesús es la llegada del Reinado de Dios a través de su persona y de sus obras.
Jesús es la manifestación del Reinado de Dios, su vida y sus obras manifiestan la presencia del Padre Dios invisible a nuestros ojos y bien visible en la persona de Jesús, y en su predicación y en sus milagros. En la oración que el mismo Jesús nos enseñó pedimos: Padrevengatureino. Y pedirquesureinovenga es abrir el corazón a su presencia que transforma nos transforme desde dentro, llevándonos a tener una nueva manera de pensar, de sentir, y de hacer las cosas. Es experimentar la paz y la armonía interior.
Es vivir en el amor al estilo de Jesús, es mirar la vida con Esperanza, confiados en el Padre.
El Reinado de Dios en nosotros es gracia, regalo del mismo Dios, por eso no nos cansemos de orar llenos de confianza: ¡Padre Dios, venga tu reino!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Benjamín Romo Martín, cm
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