Dt 34, 1-12; Sal 65; Mt 18, 15-20.
“Si tu hermano te escucha, lo habrás salvado”
Muchas veces hemos escuchado: “no te metas con mi vida” o “eso es cosa mía”, dando a entender que no tenemos que meternos o comprometernos en la vida de los demás. O que no queremos escuchar.
Pero si con sabiduría y buen tacto, buscando el momento más oportuno, nos hacemos corresponsables conelhermanoquenecesitadenuestroapoyo, seguramente, y con la gracia de Dios, se lograran grandes cosas.
Uno de los puntos centrales de las Misiones Populares, es buscar a los más alejados o los que viven o padecen cualquier tipo de soledad, para invitarles e involucrarlos en la experiencia de fe que se vive en las “Casas de Misión”, conformadas por los líderes laicos.
Hay una expresión o frase muy interesante al respecto: “Si no puedes, te ayudo. Si no sabes te enseño. Pero si no quieres, no hay nada que pueda hacer por ti”
Cuando hacemos todo lo que está de nuestra parte para “ayudar al hermano”, y lo hacemos en conciencia y en nombre de Dios, siempre habrá buenos resultados a su tiempo.
Y tú: ¿te sientes corresponsable y te pones las pilas de la situación de “crisis” que viven tus hermanos? ¿Cómo?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Servando Sánchez Ayala, cm
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