Beatas María Magdalena y compañeras
Gen 12, 1-9; Sal 32; Mt 7, 1-5.
“No juzguen…”
Cuando Jesús habla de juzgar no se está refiriendo a la actividad oficial del juez, sino a la condena y la crítica del prójimo. Esto lo reprueba Jesús, primero porque es prácticamente imposible descubrir las razones del por qué una persona actúa de tal o cual manera. Hay mil motivaciones y nosotros no las podemos conocer. Por lo tanto, emitir un juicio contra alguien será acusarlo de algo que desconocemos. Por otra parte, Jesús reprueba este hecho porque el emitir juicios es una actividad que sólo corresponde a Dios.
Jesús no dice “juzga con una medida buena y así procederá Dios contigo”. Jesús es más radical, pues el simplemente dice “no juzguen en absoluto”. Los hombres serán todos juzgados por sus obras y también según la misericordia de Dios.
Muy en relación con emitir juicios está la manía a querer mejorar a los demás, que en otras palabras es el equivalente a hacer una acusación de algo que hace mal el hermano. Tal acción no surge del amor, sino del engaño sugestivo de creerse mejor que los demás. Cuando Jesús se refiere a la basura y a la viga del ojo, está exagerando la realidad con el fin de llamar la atención y ridiculizar su postura de no juzgar a nadie; invita a saberse igual en dignidad y limitaciones y necesitados de la ayuda del Padre.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Blanca López Leija, HC
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