Los días 27 y 28 de mayo de 2017, se celebró en El Escorial (Madrid) la Asamblea General de AIC-España. Una Asamblea que, según los Estatutos de la Asociación, se celebra anualmente. Este año, la Asamblea tuvo, como telón de fondo y como tema global, la gran efeméride que está celebrando toda la Familia Vicenciana: los 400 años del carisma vicenciano.

La asistencia a la Asamblea General fue parecida a otros años: unos 130 miembros de la “Asociación Internacional de Caridades de San Vicente de Paúl” (AIC), en España. Y, también como siempre ocurre, el encuentro gozoso, el ambiente festivo, el clima de fraternidad y el diálogo respetuoso estuvieron muy presentes en esta Asamblea.

La Asamblea estuvo vertebrada por diversos momentos que dinamizaron, con fluidez y buen ritmo, la marcha de la reunión. Entre esos  momentos, se sintió, con mucha viveza, el recuerdo de la Asamblea Internacional de  la AIC, celebrada a mediados del pasado mes de marzo en el lugar emblemático donde San Vicente de Paúl fundó esta Asociación —la primera de sus fundaciones, en el tiempo y en el espacio— con el nombre de “Cofradías de la Caridad”: Châtillon-les-Dombes (Francia), hoy Châtillon-sur-Chalaronne.

La Asamblea realizó, con flexibilidad y libertad, lo establecido en el programa. Y, así, fue recorriendo los capítulos que se había marcado, comenzando con un prólogo habitual: el saludo de la Presidenta Nacional, Rosa Mª Cenalmor, y los saludos, vía video-conferencia, del Superior General, P. Tomaz Mavric, C. M. y de Alicia Duhne, Presidenta Internacional de AIC. Tampoco faltaron los saludos, por correo, de la Superiora General de las Hijas de la Caridad, de las Visitadoras de las Hijas de la Caridad de España, de los Visitadores y de algunos particulares.

El primer capítulo fue el llamado “estatutario”, es decir, el establecido en los Estatutos para esta clase de Asambleas ordinarias: lectura del Acta de la Asamblea anterior, lectura de las cuentas, Informe de las actividades de la Junta Directiva Nacional e Informes de las nueve Delegaciones Regionales.

El segundo capítulo tuvo un color informativo. Una voluntaria de Granada, Milagros Galisteo, miembro del Consejo Directivo Internacional, informó exhaustivamente sobre la ya citada Asamblea Internacional de AIC y sobre la “internacionalidad” de la Asociación.

El tercer capítulo correspondió a la parte formativa de la Asamblea, y estuvo a cargo del P. Celestino Fernández, C. M., Consiliario Nacional. Su conferencia consistió en presentar y explicar detalladamente el “Documento de Identidad AIC”. Documento presentado públicamente en la Asamblea Internacional y que sustituye al llamado “Documento de Base” que era, hasta ahora, el marco de referencia y la “carta magna” de la AIC. A partir de ahora, el Documento “fundamental y obligatorio” será este “Documento de Identidad AIC”.

El cuarto capítulo fue una especie de continuación de la Asamblea del año pasado. En aquella Asamblea, se votaron las modificaciones pertinentes a los Estatutos, para su renovación y puesta al día. Quedaron aparcados y sin aprobar tres artículos de dichos Estatutos. En esta Asamblea, se aprobaron por mayoría esos tres artículos, y, por tanto, se completó y se finalizó la tarea emprendida entonces.

El quinto capítulo constituyó una cierta novedad con respecto a otras Asambleas. Consistió en algo sencillo, pero muy emotivo: unas cuantas voluntarias expusieron su testimonio, sincero y sentido, de lo que vivieron y experimentaron en la Asamblea Internacional de AIC, en Châtillon-sur-Chalaronne, el pasado mes de marzo. Cada una fue sacando del corazón las vivencias y los recuerdos que más impacto les causaron en aquella magna y magnífica convención. Cada una aportó un aspecto del hermoso cuadro vivido entonces. Y, a decir verdad, su testimonio no dejó indiferente a nadie de los presentes en la sala.

El sexto capítulo estuvo formado por un bloque con muchos elementos importantes: comunicaciones de la Presidenta Nacional, entrega del “Documento de Identidad AIC” a las Presidentas Diocesanas, tres premios a proyectos innovadores en el servicio a los pobres…

Hubo también un séptimo capítulo que merece mención aparte. Se trata de la fiesta del sábado noche. Fiesta muy bien preparada, con la participación de todas las Regiones y con toneladas de gracia y salero. Fiesta donde destacaron, sobre todo, los bailes típicos de cada Región. Porque, en definitiva, la fiesta también es una dimensión fundamental y necesaria.

Y, como cimiento y cumbre de la Asamblea, la celebración solemne de la Eucaristía, el sábado 27 al atardecer. Con una intención muy clara y compartida por todas y todos: dar gracias a Dios por el inmenso regalo de los 400 años del carisma vicenciano.

El reportaje gráfico, que ponemos a continuación, nos puede dar una idea aproximada de esta Asamblea General de AIC-España 2017. Pero lo más importante es que la “hermana mayor” de la Familia Vicenciana sigue viva y continúa su camino con ilusión y esperanza.

Autor: Celestino Fernández, C.M.
Fuente: misionerospaules.org