Hch 8,5-8.14-17; Sal 65; 1Pe 3,15-18; Jn 14, 15-21.
“No los dejo huérfanos, volveré a ustedes”
El tiempo de Pascua que estamos viviendo llegará a su culmen con la fiesta de Pentecostés, la fiesta del Espíritu Santo (el próximo 4 de junio). En los días que faltan para dicha fiesta, la Palabra de Dios nos irá descubriendo la riqueza del Espíritu Santo y sus dones.
Hoy en el evangelio Jesús nos hace la promesa del Espíritu. Lo llama “el Defensor” y “el Espíritu de la Verdad”. Defensor porque es fortaleza dentro de ti, te sostiene, te pone de pie para caminar en la vida con esperanza, con valentía y confianza. Espíritu de la Verdad porque es luz que desde dentro te revela la verdad de Jesucristo y porque guía tus pasos por un camino coherente, conforme al Evangelio de Jesucristo; ayudándote a vivir en la verdad de lo que eres y de lo que estás llamado a ser.
Pero sobre todo, hoy Jesús nos revela el por qué nos enviará su Espíritu: Porque no quiere que nos sintamos huérfanos en este mundo, en las garras de las fuerzas oscuras del egoísmo y la violencia; aplastados por el peso de nuestras tristezas y desesperanzas. No eres un huérfano. Tienes quién te defienda, quién te dé fuerza para el camino de la vida. El Espíritu Santo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silviano Calderón Soltero, cm
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