Heb 8, 6-13; Sal 84; Mc 3, 13-19.
“Jesús llamó a los que él quiso…”
Dentro del pensamiento religioso, las alturas o montañas son el lugar propio de la manifestación de Dios. Recordemos como Moisés subió al monte para recibir la misión de Dios; lo mismo sucedió con Elías que después de caminar durante cuarenta días y noches en ayuno, llegó al monte del Señor y se internó en la caverna donde recibió su misión.
Jesús, nos dice el evangelio, subió al monte y llamó a los que él quiso, doce en total; para que estuvieran con él y prepararlos para continuar su misión. La misión de los doce será, pues, la misión de Jesús.
Pero ¿quiénes eran estos doce, llamados por Jesús? Había de todo entre ellos: pescadores, publicanos, maestros de la ley y algunos otros de los cuales no se revela su identidad y que simplemente fueron llamados por el Señor. Jesús escoge a gente común y sencilla para trabajar con él en la obra de la salvación.
La Iglesia que todos formamos, es la comunidad llamada y reunida por Jesús y en torno a él, para recibir su Palabra y ser enviada a proclamar la Buena Nueva de la Salvación a todos los hombres. El Papa Francisco no se cansa de recordarnos esta tarea que el Señor nos encomendó.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Jorge Pedrosa Pérez, C.M.
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