1 Jn 5, 14-21; Sal 149; Jn 2, 1-12.
“Primera señal milagrosa de Jesús”
El evangelista san Juan narra siete signos o milagros del Señor, y este es el primero de todos. Los demás vendrán apareciendo hasta llegar a su totalidad en la primera parte de su evangelio.
En esta señal, Jesús se muestra muy familiar a la gente participando de sus fiestas. Lo habían invitado junto con sus discípulos y allí estaba. Se trataba de una boda, fiesta importante que duraba varios días. Nada extraño, pues, que llegará a faltar el vino; de ahí la petición de su madre para apoyar a los estrenados esposos. Ante la petición de su madre, Jesús responde: “Todavía no ha llegado mi hora”.
El evangelista escribe su obra para mostrarnos quién es Jesús. Y Jesús, a través de sus obras, se irá revelando como el que viene a darnos a conocer al Padre. Pero se encuentra al inicio del camino de su ministerio y responde con una primera señal: convirtió el agua en vino. La señal definitiva será su muerte y resurrección.
Con este primer hecho visible, Jesús, deja ver a sus discípulos su gloria. En esta revelación Jesús también pide a cada uno de nosotros una respuesta de fe. Y María nos invita a eso: “Hagan lo que él les diga”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Jorge Pedrosa Pérez, C.M.
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