Compartir la vida comunitaria es uno de los aspectos más importantes de la formación, además de conocer el Carisma del Fundador y de la Pequeña Compañía. Vivir en comunidad les enseña a amar a Dios y al prójimo, especialmente a los más necesitados. Bajo la guía de su Director, los candidatos aprenden y comparten acerca de sus vidas y experiencias, observan cómo Dios actúa en ellos y los transforma. Esta es la etapa más importante de la misión para lo cual, el Maestro Supremo, Jesús, los prepara. Lo que tienen que hacer es aceptar totalmente lo que Dios ha dispuesto para ellos en el momento que los llamó. Están avanzando, a veces bien, algunas no tanto. Agradecen a Dios por todas las cosas.
Los seminaristas se van fortaleciendo espiritualmente y moldean sus corazones en la escuela de Jesús, conociendo las virtudes vicentinas: Sencillez, Humildad, Mansedumbre, Mortificación y Celo; prueban su carácter valientemente frente al futuro de poder realizar la misión de salvación de los Pobres y marginados del mundo moderno…
Evangelizare Pauperibus Misit Me, para evangelizar a los pobres me ha enviado.
Oremos por estos jóvenes, para que no se rindan en este camino que han emprendido.
Autor: Tomasz X. Baluka, C.M., Director del Seminario Interno
Fuente: http://cmglobal.org/
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