2 Re 5, 14-17; Sal 97; 2 Tim 2, 8-13; Lc 17, 11-19.
“Jesús Maestro, ten compasión de nosotros”
Llegan diez leprosos con Jesús y él los cura, pero de esos diez sólo uno vuelve a agradecérselo.
Existe un antes y un después en la vida de fe, El antes y el después del encuentro con Jesús en nuestras vidas no es cualquier cosa. El antes de Jesús son los confines de una vida quizás gris, monótona, árida, destrozada, enferma por la lepra del egoísmo, acostumbrada al desencanto y el vacío.
El después de Jesús es un encuentro sanador, gozoso, liberador, misericordioso, esperanzador, amoroso. No, no es cualquier cosa haberse encontrado con Jesús.
Para quien verdaderamente experimenta la compasión de Dios como este leproso curado que regresa, el dejarse alcanzar por Jesús, se vuelve la novedad más grande de su vida que ya no puede ser el mismo y por eso su fe se vuelve memoria agradecida, celebración continua, un acto de amor, respeto y obediencia a Aquel que lo ha convertido en una persona nueva.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Alicia Gamboa, H.C.
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