Is 66, 10-14; Sal 65, 1-20; Gál 6, 14-18; Lc 10, 1-12. 17-20.
“Pónganse en camino. Los envío como corderos en medio de lobos…”
Y Jesús envió a 72 discípulos “a los lugares a donde pensaba ir él”. Después de su misión, regresaron muy contentos por el éxito de su misión, pero el Señor les señaló “estén contentos porque sus nombres están inscritos en el cielo”.
Y hoy, ¿te sientes uno de esos enviados por Jesús? Nos decía el Papa Francisco a mediados de mayo del pasado año: “¡Cuántos pobres –también pobres en la fe– esperan el Evangelio que libera! ¡Cuántos hombres y mujeres, en las periferias existenciales, generadas por la sociedad consumista y atea, esperan nuestra cercanía y solidaridad! El Evangelio es el anuncio del amor de Dios que en Jesucristo, nos llama a participar de su vida”. Y tú y yo y nuestra comunidad somos los enviados a compartir ese evangelio que libera. ¡También en nuestra familia! Hay muchas formas a hacerlo. ¿Cuál es la nuestra?
Un grupo –llamado Talitha Kum–, formado por 1.100 religiosas, trabaja infiltrado enclubes deal menos 80 países, ayudando a liberar a víctimas de la trata y del tráfico y esclavitud sexual. Les ofrecen liberación, evangelio y ayudas diversas. El que ama inventa modos de evangelizar con hechos y palabras. ¿Por qué no se nos ocurren a nosotros, habiendo tantas personas heridas y necesitadas? Acaso porque estamos encarcelados en nuestras pequeñas batallas. ¿Será así?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, C.M.
0 comentarios