Día Vicentino de ayuno y oración
Martes 19 de abril de 2016

Enlace especial Vicentino — Los Vicentinos siguen adelante — Crecimiento espiritual Vicentino — Dios nos habla

Enlace especial Vicentino — Los Vicentinos son una bendición en nuestro problemático mundo que parece no importarle a nadie. Nosotros servimos a través de la crítica de servir nuestra propia gente primero. Mi respuesta es que esa es nuestra gente, Dios nos la mando. Yo pienso que nosotros debemos reflejar las bendiciones recibidas y darlas a los demás. A veces, esto se siente como un gran peso  y entonces ves las sonrisas de los niñitos cuando les llevamos su cereal favorito. Nosotros también sentimos el amor de los que trabajan y están empezando a encontrar su camino e un nuevo país. A veces, nuestro trabajo se vuelve ordinario e incluso mundano. Supere ese sentimiento inmediatamente. Siéntese en silencio y reflexiones sobre estas cuatro preguntas: “¿De verdad estoy en cada visita que hago?”, “¿De verdad marco la diferencia?”, “¿De verdad reparto las bendiciones que Dios me ha dado?”, “¿Estoy regalando esperanza?”. Mientras reflexiona, tenga un cuaderno y escriba lo que Dios le dice. Este tiempo de oración especial y reflexión, le dará mucha sabiduría y gracia.  Debemos sentir a alegría en cada visita a los más necesitados. No sentimos alegría por nosotros, no se trata de nosotros, sino de los amigos que visitamos. Vemos su alegría y  nos alegramos. No me puedo imaginar la vida sin ayudar a nuestros hermosos amigos necesitados, Dios nos pone frente a ellos. Ore siempre. Él nos ama y nos da un enlace especial con los pobres.

Los Vicentinos siguen adelante — Quejarse puede convertirse en un hábito y puede  causar mucho peso a nuestro espíritu —y a nuestros amigo pobres. Cuando pasamos momento duros, un poco de lucha y dolor es lo esperado. Pero como gente de fe, sabemos que en algún momento debemos dejar e ir el dolor y seguir adelante con gracia. Así como la ceguera espiritual puede ser más devastadora  que la pérdida de la visión física, asimismo retomar la visión de la gracias de Dios  nos curará más allá de lo físico. Nosotros vemos esperanza donde antes solo veíamos  desesperación, y más aún, vemos nuevas formas de comunicar esperanza a los demás. Vemos con nuevos ojos a la gente a nuestro alrededor y vemos como ellos también son hijos de Dios. Dios lo ama a usted completamente, Su hijo adoptado, nunca menos que Jesús, Su hijo engendrado. Con esta bondad podemos seguir sirviendo a los más necesitados con alegría y la seguridad de que Dios está con nosotros, de que nos ama a nosotros a los que servimos. Seguimos adelante con todo nuestro amor. Somos Vicentinos llamados ser sirvientes. Nunca seremos abandonados, así que ponga sus desánimos a un lado y abrace los retos que enfrenta. Dios siempre hace cosas buenas por usted y le da cosas buenas para que se las dé a o los demás. ¿Alguna vez Dios lo ha dejado caer? Reflexiones sobre esto y siga adelante con la confianza y el conocimiento de que Dios nunca lo deja caer.

Crecimiento espiritual Vicentino — Debemos confiar, conocer y aprender del Viejo Testamento. Observe cuan obediente están los hombres y las mujeres. Dios no nos llama hoy a hacer las mismas cosas, pero si nos llama. Su llamado es a servir a los pobres, los solitarios, los enfermos, los presos y todos los necesitados. Estemos llamados a mostrarles Su misericordia a los demás sin juzgarlos. Estamos llamados a dar lo mejor de nosotros. Él no nos llamo para construir un arca, pero debemos confiar como lo hizo Noé. Les estamos mostrando a los demás las buenas obras que Dios nos llama a hacer. Debemos crecer espiritualmente para hacer bien Su trabajo. A veces es difícil confiar. Dios confió en nosotros para ser los sirvientes de los pobres que puso frente a nosotros. Confíe en Él y el la Trinidad para que nos ayuden. Confianza y perseverancia van de la mano y le ayudarán a construir su crecimiento espiritual. No renuncie nunca. Él está con nosotros. Un alma que confía en Dios es invencible. Nuestro crecimiento espiritual se basa en el perdón, especialmente a usted mismo. Esto puede ser lo más difícil del mundo. Debemos responder “Si” cuando El nos llame al perdón. Perdone con su corazón y confíe en Dios. El crecimiento espiritual está en usted y usted lo lleva a los que sirve y a su familia Vicentina, a su parroquia y a la familia que Dios le dio. Conozca su fe y sus Escrituras y póngalas en práctica. Este es nuestro crecimiento espiritual. Confíe en Dios. Su misericordia dura para siempre.

Dios nos habla — Una vez más debemos encontrar nuestro rincón silencioso. En todas nuestras preocupaciones y fallas, oremos y digámosle a Dios lo mucho que lo amamos. Todos necesitamos sentir y escuchar que nos aman. Él también necesita escuchar que usted lo ama. A veces  olvidamos decir “te quiero” en nuestras oraciones. Deje que la Trinidad sepa que usted ama a las tres personas en una. Aún cuando no eliminamos nuestros problemas, nos acercamos. Tómese el tiempo para hablar con Dios y déjelo hablarle. En nuestras oraciones pedimos  ayuda para los que servimos. Oramos para no juzgar y amar a los pecadores. Todos somos pecadores y Dios siempre nos perdonas, así que nosotros debemos hacer lo mismo. Ore por los más necesitados. Sea amable y amoroso con ellos y voltéelos hacia Dios para que nos ayude. Pregúntele por las palabras. La vida familiar es la columna vertebral de todo lo que hacemos y eso incluye nuestra familia Vicentina. Escuche cuando Dios le habla y viva Sus palabras. Primero debe tomarse el tiempo para escucharlo. Cualquier cosa puede pasar con Dios. Sepa que usted nunca será el mismo cuando sea tocado por Sus palabras. Estas son las palabras y el amor que llevamos con nosotros para todos los que servimos. Cada uno es especial. Los susurros de Dios son para toda la humanidad. Recibiremos de Dios en la medida en que hayamos dados. Llevemos el rostro de Cristo crucificado a los más necesitados y mientras Dios nos habla, nosotros les hablamos y les damos un segundo chance. La misericordia es el segundo chance de Dios.

Bendiciones, que su semana este llena de cosas  buenas. Ore siempre. Eso hace la diferencia,

Lynn