“Se han aliado Herodes y Pilato con las naciones contra… Jesús”, “concede a tus siervos proclamar tu palabra con valentía…” Hch 4, 32-37 | Sal 92, 1-5 | Jn 3, 5-15.
Así nos recuerda la primera lectura de hoy. Y Jesús le dice a Nicodemo en el evangelio: “Tienen que nacer de nuevo (y de lo alto)… el Hijo del Hombre será levantado para que todo el que crea en él tenga vida”.
Los bien pagados funcionarios de la ONU o de este y el otro país o unión de países, promoverán el pensamiento único y la sumisión general a sus agendas anticristianas. Mi familia o tus vecinos desatenderán la fe y su Buena Noticia. O serán seguidores clandestinos o acomplejados como Nicodemo. Es posible y acaso no infrecuente. Pero, frente a ellos y también por ellos, como por ti y por mí, está Jesús y nos asegura que hemos de nacer de nuevo y creer en él para tener la vida. Y, en consecuencia, “proclamar la palabra con valentía”. Al mismo tiempo, «quien quiera influir en el mundo actual, tiene que amarlo: ¿Cómo puede alguien comprender y consolar a los demás si nunca ha sido destrozado por la tristeza?” (Jutta Burggraf).
Sé, Señor Jesús, y tú sabes qué difícil es nuestro tiempo y sus circunstancias. Nunca ha sido fácil vivir confiados y coherentes. Pero lo que tú nos pides es para bien nuestro. Y, si te acogemos, nos irás dando la gracia para hacerlo vida diaria. Quiero fijarme más en ti que en las dificultades. Sé que las agendas contrarias también nos dan la ocasión para ser misericordiosos, pedir por los demás y no dejar que nada ni nadie nos saque de tu Camino. No queremos salvarnos sin los demás, ¡sálvanos con todos!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, C.M.
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