Gn 1, 1-2,2 | Gn 22, 1-18 | Ex 14, 15-15,1 | Is 54, 5-14 | Is 55, 1-11 |
Bar 3, 9-15.32-4,4 | Ez 36, 16-17a.18-28 | Rm 6, 3-11 | Lc 24, 1-12.
¡Ya ganamos!
Imaginemos que somos parte de un equipo de futbol. No somos muy buenos, pero, conseguimos llegar a la final de un torneo oficial. Lo malo, en la final nos toca jugar contra el equipo más fuerte y sabemos, ciertamente, que no podremos ganar. De todos modos, entrenamos duro.
El día del partido, nos presentamos con anticipación y dispuestos a todo. Faltando 10 minutos para el juego, el otro equipo no llega, el árbitro avisa que si no llega a tiempo, firmará el acta y se retirará. Seremos campeones. Entonces, rogamos para que no lleguen… A la hora en punto, sólo llegan dos jugadores, el árbitro firma el acta que nos hace campeones, y se va.
Mientras estamos festejando, llega el resto del equipo contrario y nos dice: –Ya que hemos venido, echemos un partido. Nosotros con precaución les decimos: –Bueno, sí, pero nosotros ya ganamos el torneo.
–Sí, por supuesto –nos responden–, ustedes ya ganaron.
Como no lo creemos del todo, insistimos: –Pero, nosotros ya ganamos, y somos campeones. –Sí, tranquilos, nos aseguran, no ven que ya el acta está firmada y el árbitro ya hasta se fue.
Comenzamos el partido, tranquilamente, sin presión alguna de recibir cualquier goleada, total, ¡ya ganamos! Asíque nos dedicamos a disfrutar del mejor juego de nuestra vida.
Esto es Pascua: con Jesús, ¡ya ganamos! No tenemos que ganar el cielo, él ya firmó el acta que nos hizo campeones.
¿Disfrutas del juego de la vida, con ganas y sin miedo, y colaboras para que otros también lo disfruten?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick F. Martínez Benavides, C.M.
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