«Salir»…. una palabra que hemos oído inifidad de veces de boca del Papa Francisco… Abrir las puertas y salir a las periferias existenciales del ser humano. ¿Nos encontrarán allí?
Reflexion y reto:
Brotes de Olivo es, ante todo, una familia que, desde hace más de tres décadas, nos regalan sus canciones y nos invitan a vivir el evangelio desde su más sencilla radicalidad.
En esta canción nos animan a «salir», como también lo hace el Papa Francisco, a descubrir nuevas tierras, lugares necesitados de evangelio, y a romper con lo antiguo que nos atenaza y acrecienta nuestros egoísmos:
- La Familia Vicenciana vive un fuerte compromiso con las periferias existenciales. Es nuestro carisma el «salir» hacia ellas, para en ellas encontrarnos con nuestros hermanos que sufren la injusticia y la fragilidad… al menos, ese es nuestro carisma. ¿Es nuestra vida así?
- Es un carisma que compartimos y que nos lanza a todos y cada uno. A todos: como familia inserta en una iglesia en salida, y a cada uno, con un compromiso personal e intransferible. ¿Es nuestra vida así?
- Arriesgarse a «salir» supone miedos e inseguridades; los cambios nos atemorizan. ¡Cuántas veces preferimos permanecer en la seguridad de nuestra vida cómoda! Pero Dios nos llama a buscar la iglesia donde la iglesia parece no estar, a construir Reino de Dios donde solo parece reinar la injusticia. Esa es nuestra mision como seguidores de Vicente, Luisa, Isabel, Federico… ¿Es nuestra vida así?
Javier F. Chento
@javierchento
JavierChento
Letra:
Quiero salir de la tierra que me hace fuerte en mí mismo,
la que rechaza a otra gente y acrecienta mi egoísmo.
Quiero salir de la tierra en la que sólo cultivo
engreimientos y maldades, me aleja de lo sencillo.
Quiero salir de la tierra que me instala en lo sabido,
olvidando que lo nuevo se ve en lo desconocido.
Quiero salir de la tierra, quiero salir de mi tierra,
quiero salir de la tierra que me aleja de ti, amigo.
Sal de tu tierra egoísta, la que te amarra a otros tiempos,
la que ensimisma tu espíritu, tomando senderos viejos.
Sal de tus tierras oscuras, sin luces de tiempos nuevos,
que el cuerpo de todos los hombres sienta que tú eres su cuerpo.
Sal de la tierra vieja que, aunque nueva en otros tiempos,
ya transmitió su mensaje: ¡hoy te espera otro nuevo!
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