Santa Luisa de Marillac (1591-1660)
Nm 21, 4-9 | Sal 101 | Jn 8, 21-30.
Luisa de Marillac vive de 1591 a 1660, en Paris, Francia. Su vida es un itinerario litúrgico: de Cuaresma hacia el Misterio Pascual, pasando por Pentecostés y luego a continuar la Misión y la Caridad del evangelizador de los pobres.
La Cuaresma de Luisa abarca su infancia y adolescencia, no se conoce a su mamá, y su papá, Luis de Marillac, un noble, hace lo más que la condición del nacimiento de la niña le permite. Es formada en un colegio dominico, luego pasa a un pensionado más modesto; se siente atraída hacia las capuchinas, por poca salud no es admitida; la casan a los 21, tiene un hijo y su matrimonio dura tan solo 12 años.
La Pascua de Luisa es la crisis que vive cuando su esposo cae enfermo, se hace muy irritable, todos los proyectos se vienen abajo y Luisa se culpa por no haber sido religiosa.
En 1623, Luisa vive una luz especial de Pentecostés que le anuncia una misión y vocación preparada para ella y una pequeña comunidad que se consagrará al servicio de los pobres. Dos años después, el esposo muere tranquilamente. Formada en lo mejor de la espiritualidad de su tiempo, conoce a Vicente de Paúl, con el que primero batallará hasta hacerse afines, y con quien después establecerá una influencia recíproca en el desarrollo de la espiritualidad y el carisma de la Misión y la Caridad, que les llevará a consolidar a las Damas de la Caridad, y posteriormente, a fundar a las Hijas de la Caridad.
En 1934 es canonizada por Pío XI y Juan XXIII la proclama en 1960 patrona de los trabajadores sociales.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick F. Martínez Benavides, C.M.
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