Dn 5, 1-6. 13-17. 23-28; Sal: Dn 3; Lc 21 , 12-19.
Dios es constate en ser amoroso y fiel (Rom 15, 5), y nosotros, ¡ojalá nos esforcemos por parecernos a él! Por eso, cuando llegue la persecución, tendrán la oportunidad –nos dice Jesús– de “dar testimonio de mí”, en lugar de obsesionarse en su propia defensa. “Yo les daré un lenguaje y una gran sabiduría… que sus adversarios no podrán refutar”. Además, no es cuestión de razones, no te perseguirán, en cuantocristiano, porque tengan razón, te persiguen porque tienen intereses o fanáticas ideologías. Anás, Caifás o Pilato, no eran ningún diccionario de razones, pero sí de miedos y de intereses.
En Francia un juez decretó, hace unos meses, la supresión de la cruz en un monumento a Juan Pablo II (El lugar es Ploërmel en la región de Bretaña). “En lugar de atacarnos, estas personas deben ser más tolerantes y abiertas”, dice el actual alcalde; ¿acaso ignora que la marca “tolerancia” es, desde Voltaire, el monopolio de los adversarios de la cruz?
No permitamos que nada nos quite la alegría. A nosotros nos toca ser agradecidos, constantes y ungidos por el buen humor, en los días de paz o en los de persecución. ¿Te parece poco privilegio el don de la fe, el sabernos amados sin merecerlo y el estar predestinados a la vida? Nos toca dar agradecido testimonio para que muchos más puedan conocer que Dios es misericordia sin límites.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, C.M.
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