Jean-Antoine-François Ozanam, padre de Federico, nació el 19 de julio de 1773 en Chalamont, una pequeña comuna de la región francesa de Ródano-Alpes situada unos 50 kilómetros al noreste de Lyon. Era hijo de Pierre Benoit Ozanam y Élisabeth Baudin y sobrino-nieto de Jacques Ozanam, célebre matemático y miembro de la Academia de Ciencias.

Después de estudiar Clásicas en el Colegio del Oratorio de Lyon, Jean-Antoine se alista en el regimiento de húsares de Berchiny, a los 20 años de edad. Bajo el mando del general Bonaparte participa en numerosas batallas. Se retira a la edad de 25 años, gravemente herido.

El 20 de abril de 1800 contrae matrimonio con Marie Nantas, hija de un próspero comerciante de Lyon, y se establecen en París.

La dicha les sonríe y viven una próspera existencia hasta que compromete su firma por salvar a un pariente insolvente, viéndose arrastrado a la ruina. El general Bonaparte le ofrece un puesto como capitán de la Guardia Imperial, que Jean-Antoine Ozanam rechaza, por no compartir los ideales de Napoleón, prefiriendo ser leal a sus convicciones. Parte para Milán con su familia y estudia medicina en la Universidad de Pavia, a la vez que da clases particulares como profesor. Dos años le bastaron para completar con honores sus estudios, y llegar a ser doctor en Medicina.

En 1816, cuando Milán pasa a formar parte de Austria, el doctor Ozanam volvió a Lyon. Fue nombrado, por oposiciones, médico del Hôtel-Dieu.

Fue estimado y conocido por numerosas memorias, por descubrimientos curiosos y por una gran obra llamada Histoire médicale générale et particulière des maladies épidémiques : contagieuses et épizootiques.

Esos constantes estudios y una clientela considerable jamás le impidieron velar, con infatigable tesón, por la educación de sus hijos y por el cuidado a los pobres. Su última visita fue para ellos: al descender por la escalera de casa de un indigente, se cayó, muriendo horas después, el 12 de mayo de 1837.

En los últimos años de vida de su padre, Federico Ozanam escribe:

En su paso por batallas, revoluciones y muchas otras adversidades, mi padre conservó una fe ardiente, un carácter noble, gran respeto por la justicia y una incansable caridad hacia los pobres. Amaba la ciencia, el arte y el trabajo. Nos inspiró un gusto por lo bello y lo sublime.^[1]

Autor: Francisco Javier Fernández Chento
Editor de la correspondencia completa, en español, del beato Federico Ozanam

Notas:

^[1] Baunard, Louis. Frédéric Ozanam : d’après sa correspondance. París : Editions de Gigord, 1911, p. 4.
Edición en español: Federico Ozanam, fundador de la Sociedad de San Vicente de Paúl. México: Editorial Jus, 1963. Edición en inglés: Ozanam in his correspondence. New York: Bezinger Brothers, 1925.