Nota previa (actualización del 18 de enero de 2014): por favor, lean también este artículo ya que, contrariamente a lo indicado en diversas fuentes en las que se basa el escrito siguiente, el obispo paúl ha sido propuesto como patrón de los que luchas contra el abuso sexual.
El religioso propuesto como nuevo patrón de estas víctimas es el obispo holandés Frans Schraven, asesinado en China en 1937 tras negarse a entregar a cientos de mujeres chinas que iban a ser explotadas como prostitutas por los invasores japoneses. Schraven es considerado además, un ejemplo para la Iglesia en momentos de denuncias de abusos de menores de sacerdotes.
Frans Schraven nació el 13 de octubre de 1873 en Lottum, (Limburg, Holanda) y creció en Broekhuizen.
Después de su educación en el Colegio Episcopal de Roermond, la Filosofía en ‘Rolduc’ en Kerkrade y la Teología en París (con la Congregación de la Misión, fundada por san Vicente de Paúl), Frans Schraven fue ordenado sacerdote en Mayo de 1899 en París.
El 26 de Julio de 1899 celebró su primera Eucaristía en Broekhuizenvorst, y partió para China, vía Marsella, el 5 de agosto.
El 10 de Abril de 1921 fue ordenado obispo —por su primo, Mons. Frans Geurts C.M., quien también era obispo en China—, llegando a ser Vicario Apostólico del vicariato de Chengtingfu, actual ciudad de Zhending.
El 9 de octubre de 1937, Mons. Frans Schraven, junto con 8 compañeros, fue horriblemente asesinad0 (quemado vivo) por el ejército japonés, por su negativa a entregarles a cientos de mujeres chinas para ser utilizadas sexualmente.
(Agencia EFE) El obispo de la localidad holandesa de Roermond (sur del país), Frans Wiertz, ha propuesto que las personas que hayan sido víctimas de abusos sexuales tengan un santo patrón en la iglesia católica, informa hoy el portal de noticias DutchNews.
Wiertz defiende que el antiguo obispo de la provincia neerlandesa de Limburgo Frans Schraven, que fue asesinado en China en 1937, sea declarado patrón de las personas que hayan sufrido este tipo de abusos.
Schraven, que era por aquel entonces obispo de Zhengding (un condado próximo a Pekín), rechazó entregar a varios cientos de mujeres chinas que estaban bajo protección de las autoridades católicas para ser explotadas como prostitutas por los invasores japoneses.
Los japoneses no se llevaron a las mujeres pero ejecutaron a Schraven y a otros ocho católicos.
Este fin de semana la iglesia católica de Holanda entregó al Vaticano documentación sobre Schraven para que el papa Francisco decida si debe ser beatificado.
En un sermón la semana pasada, el obispo Wiertz señaló que Schraven podría ser considerado eventualmente «santo patrón de las víctimas de los abusos».
Además, se refirió a los casos de abusos sexuales dentro de la iglesia que han salido a la luz en los últimos años y afirmó que Schraven era «un ejemplo para todos».
«El obispo Schraven nos mostró que la iglesia siempre necesita a personas que sigan el camino correcto, que condenen los abusos y que quieran dar sus vidas si es necesario», indicó.
Si el papa Francisco determina que Schraven murió como un mártir, puede ser beatificado «sin necesidad de que haya realizado ningún milagro«, destaca el portal de información.
Entre 10.000 y 20.000 menores holandeses fueron víctimas desde 1945 de abusos sexuales por parte de religiosos católicos, una práctica que era conocida por una jerarquía eclesiástica cuya mayor preocupación era evitar el escándalo, según un informe presentado en diciembre de 2011 impulsado por el exministro neerlandés Wim Deetman.
Poco antes, una comisión jurídica independiente designada para tratar los abusos sexuales en el seno de la iglesia católica holandesa que las víctimas fueran indemnizadas con compensaciones entre los 5.000 y los 100.000 euros.
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