María como Madre de Jesús, experimenta y atestigua la grandeza de la existencia de su Hijo. Grandeza que tiene momentos de intensa alegría como lo fue su nacimiento, pero también de profundo dolor, como lo fue su muerte.

María como Madre de Jesús, experimenta y atestigua la grandeza de la existencia de su Hijo. Grandeza que tiene momentos de intensa alegría como lo fue su nacimiento, pero también de profundo dolor, como lo fue su muerte.
María nos señala a Jesús y constantemente nos invita a ponernos en disposición de escucha y reverencia ante Dios y sus designios.
María enseñó a reconocer a Dios en medio de la vida sencilla, a reconocer a Dios como Aquel que mira a todos, y de manera especial a los más sencillos.
La M de María nos recuerda que, en el momento de cruz, Jesús estuvo acompañado por su madre y algunos discípulos y discípulas que se mantuvieron firmes ante la cruz.
Sólo adoptando la cruz, como lo hizo nuestro Señor, somos capaces de convertir esas realidades de muerte en signo de Resurrección. La cruz es para los cristianos la invitación gozosa a dar la vida por el Señor.
San Pablo nos invita, en su carta a los Romanos, a dejar el viejo hombre sepultado para resucitar como hombres nuevos a la luz de Cristo Resucitado.
Jesús nos invita en el Evangelio a ser luz para el mundo, una invitación para nuestros días, que como Iglesia tenemos que caminar muchas veces entre las tinieblas del mundo.
En la Medalla Milagrosa vemos el pie victorioso de la Virgen sometiendo a la culebra, es decir, la Virgen destruye y vence todo lo que es contrario al Reino de Dios.
En la Medalla Milagrosa no solo vemos a la Virgen María sino a la Iglesia, y así, como la Virgen desprende de sus manos los rayos, asimismo la Iglesia está llamada a obrar.
El encuentro de dos mujeres que han asumido la misión de ser madres, en dos realidades bastante difíciles. María que asume su maternidad aun cuando la ley podría ponerse en contra de ella; e Isabel que por su avanzada edad puede tener complicaciones de salud.
Desde el año 2003, la Asociación de la Medalla Milagrosa de San Salvador, ha sumido con responsabilidad la misión de llevar en peregrinación de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Año tras año, durante el mes de mayo y algunos días de junio, la imagen de la Virgen...
La Medalla Milagrosa, un precioso regalo que nuestra Madre María Inmaculada nos entregó el año de 1830, año en que un hecho prodigioso conmovió al mundo entero teniendo como protagonista a una Humilde Hija de la Caridad, Santa Catalina Labouré. A través de la Medalla,...