El proyecto del huerto comunitario de Yaundé, puesto en marcha por 15 voluntarias AIC y por ingenieros y técnicos agrícolas voluntarios, consiste en la creación y el mantenimiento de un vivero de 2.000 árboles frutales (aguacate, ciruelo, naranja y mandarina).
Los Hermanitos de la Congregación de San Juan Bautista, fundados por el padre Vicente Lebbe CM en 1928, nacieron con el propósito de servir a los pobres y promover una Iglesia china autónoma.
Mike Devereaux, cuyo hijo sufrió la carencia de techo y el abuso de sustancias, utiliza sus conflictos personales para dar forma a su compromiso como donante mensual y voluntario de la Sociedad de San Vicente de Paúl en Louisville, convencido de que colaborar económicamente es crucial para marcar la diferencia.
Fundada en 2003 para apoyar a las mujeres vulnerables de la ciudad de Taitung, AIC Taiwán ha extendido desde entonces sus actividades en el sureste del país a los municipios de Donghe y Haiduan y a la zona de Changbin.
En el oeste de Mauritania, una comunidad de Hijas de la Caridad vive en Atar, en el interior del desierto. Las hermanas se dedican a la educación de los niños y a la formación e integración de jóvenes y mujeres. La población carece de todo y está mayoritariamente ociosa.
Reflexionar sobre nuestro camino espiritual nos ayuda a discernir la voluntad de Dios y compartir Su gracia, apoyándonos mutuamente para avanzar hacia nuestro divino propósito.
El 29 de noviembre se celebra el aniversario de la fundación de las Hijas de la Caridad.
El 20 de enero de 1842, Alfonso de Ratisbona, banquero judío y ateo, presenció en esta basílica una aparición de la Santísima Virgen María.
Santa Catalina Labouré, aún siendo favorecida con las apariciones de la Virgen, vivió una vida de entrega silenciosa como Hija de la Caridad, dedicándose al servicio de los pobres hasta su muerte en 1876.
La Compañía de las Hijas de la Caridad fue fundada el 29 de noviembre de 1633: tras años de discernimiento espiritual y preparación, Luisa reunió a un grupo de jóvenes dedicadas a servir a los pobres, formando una comunidad basada en la caridad y las sólidas virtudes.
La Medalla es el signo de la libertad ideal del hombre y la mujer. Al ponerse de pie y pisar la serpiente, nos indica que debemos caminar con plena confianza en Dios, quien dirige y acompaña nuestros pasos y nos conduce a la auténtica liberación, lejos del dominio del pecado y de la cultura de la muerte.
La Congregación de los Misioneros Siervos de los Pobres, fundada por el Beato Giacomo Cusmano en 1887 en Sicilia, se dedica al servicio de los pobres y necesitados a través de una espiritualidad inspirada en el carisma vicenciano, con presencia en varios países del mundo y el compromiso de ver a Cristo en los más vulnerables.
