Descarga este artículo en formato PDF
El Adviento es un tiempo de espera y anticipación, un tiempo de preparación para la venida de Cristo. Sin embargo, esta espera no es pasiva, sino que nos invita a participar activamente en el desarrollo del amor de Dios en el mundo. En la tradición vicenciana, el amor no es sólo un sentimiento; es una fuerza activa que se expresa a través del servicio a los demás. La llamada del Adviento es, pues, una llamada a manifestar el amor de Dios a través de actos de caridad, especialmente hacia los pobres y marginados.
El amor en acción: la perspectiva vicenciana
Para los vicencianos, la caridad no consiste simplemente en dar limosna o proporcionar un alivio temporal. Se trata de acercarse a la vida de los que sufren y ofrecerles un apoyo tangible, así como dignidad y respeto. Esto encaja perfectamente con el espíritu del Adviento, un tiempo en el que nos preparamos no sólo para acoger a Cristo en nuestros corazones, sino también para reconocerle en los rostros de los pobres.
El beato FEderico Ozanam, cofundador de la Sociedad de San Vicente de Paúl, lo comprendió claramente. En sus palabras «La caridad no debe mirar jamás hacia atrás, sino siempre hacia adelante, porque el número de sus obras buenas pasadas es siempre pequeño y las miserias presentes y futuras que ella debe consolar son infinitas». (Carta a Léonce Cournier, 23 de febrero de 1835) Esta perspectiva es fundamental para meditar sobre cómo vivir la caridad durante el Adviento. Ozanam nos interpela a mirar más allá de los esfuerzos pasados y a reconocer que siempre podemos hacer más, especialmente durante este tiempo solemne.
Maneras prácticas de servir durante el Adviento
El Adviento nos ofrece una oportunidad única para poner el amor en acción. Pero, ¿cómo podemos responder a esta llamada de manera concreta? He aquí varias sugerencias para practicar la caridad activa durante este tiempo:
- Visitar a los que están solos: Muchas personas, especialmente las mayores, pasan solas durante este tiempo. Una visita o una llamada telefónica pueden marcar una gran diferencia en sus vidas. Organizar visitas comunitarias a residencias de ancianos u hospitales puede aportar consuelo y compañía a quienes pueden sentirse aislados durante el Adviento.
- Alimentar a los hambrientos: La inseguridad alimentaria afecta a muchas personas, y la demanda en bancos de alimentos y albergues aumenta durante las fiestas. Valora la posibilidad de organizar una colecta de alimentos, de trabajar como voluntario en un comedor social o de preparar comidas para familias necesitadas. Como dijo una vez Ozanam: «Hagamos sin vacilar cualquier bien que esté en nuestras manos». (Carta a François Lallier, de 5 de octubre de 1837).
- Apoyar a refugiados y emigrantes: La propia Sagrada Familia fue una vez migrante, huyendo a Egipto para escapar de la persecución. Hoy, millones de refugiados e inmigrantes necesitan ayuda. Ofrecer ayuda práctica —ya sea a través de donaciones, apoyo legal o ayudándoles a integrarse en la comunidad— encarna el espíritu de Adviento de acoger al forastero.
- Proporcionar ropa de abrigo: El invierno es especialmente duro para quienes viven en la pobreza. Recoge y distribuye ropa de abrigo, mantas y otros artículos de primera necesidad a personas sin hogar o en situación precaria.
- Hacerse presente ante los pobres: A menudo, lo que más necesitan las personas no son bienes materiales, sino presencia y atención. Dedicar tiempo a escuchar, oír las historias de los que sufren y reconocer su dignidad es un profundo acto de amor. Ozanam nos recuerda que el pobre es un ser único, una imagen sagrada de Dios (Cf. Carta a Louis Janmot, de 13 de noviembre de 1836).
El poder transformador de la caridad
Cuando acudimos a la llamada al servicio, no sólo ayudamos a los necesitados, sino que también nos transformamos personalmente. El servicio nos abre los ojos a la humanidad de los demás y rompe las barreras de la indiferencia. A través de nuestros actos de caridad, llegamos a comprender más profundamente el misterio de la Encarnación de Cristo: que Dios está presente en el mundo, especialmente entre los pobres y vulnerables.
Ozanam hablaba a menudo de la caridad como medio para transformar la sociedad. La veía como una forma de restablecer la justicia, pero también como una forma de transformar el corazón del que da. Al servir a los demás, nos acercamos más a Dios. El Adviento es el momento perfecto para aprovechar este proceso transformador, al tiempo que nos preparamos para la venida de Aquel que nació para salvarnos a todos.
Una llamada a la acción: la llamada espiritual al servicio
El ejercicio de servir a los demás es una forma de oración. Es un encuentro con Cristo que, como dijo Ozanam, «se esconde bajo los harapos de los pobres». El Adviento nos recuerda que el nacimiento de Jesús en un humilde pesebre es una profunda manifestación de la solidaridad de Dios con los más vulnerables. Seguir el ejemplo de Cristo, especialmente durante este tiempo, significa salir de nuestra comodidad para servir a los pobres, no como una obligación, sino como una respuesta al profundo amor que hemos recibido de Dios.
La misericordia con el necesitado, en el sentido vicenciano, va más allá de la mera limosna. Trata de elevar y restaurar la dignidad de los marginados. Tanto Vicente de Paúl como Federico Ozanam insistieron en que la caridad debe ser personal, estar enraizada en el amor y entrañar un servicio directo. Ozanam escribió en una ocasión: «El conocimiento del bienestar social y de la reforma ha de aprenderse, no en los libros, ni en la tribuna pública, sino subiendo las escaleras hasta la buhardilla del pobre, sentándose junto a su cama, sintiendo el mismo frío que le traspasa, compartiendo el secreto de su corazón solitario y de su mente atribulada». (Citado en Louis Baunard, Ozanam en su correspondencia)
Preguntas para la reflexión personal y comunitaria
Mientras consideras cómo vivir la caridad activa durante el Adviento, plantéate estas preguntas para la reflexión personal y comunitaria:
- ¿Cómo puedo comprometerme personalmente en actos concretos de servicio que lleven consuelo y dignidad a los que sufren en este tiempo de Adviento?
- ¿Cómo puede mi comunidad responder a las necesidades de los pobres de una manera que refleje el amor y la compasión de Cristo, particularmente durante este tiempo de espera y preparación?
- ¿De qué manera el servicio a los pobres transforma mi propio corazón, y cómo puede esta transformación prepararme espiritualmente para la venida de Cristo?
0 comentarios