El proyecto del huerto comunitario de Yaundé, puesto en marcha por 15 voluntarias de la Asociación Internacional de Caridades (AIC) y por ingenieros y técnicos agrícolas voluntarios, consiste en la creación y el mantenimiento de un vivero de 2.000 árboles frutales (aguacate, ciruelo, naranja y mandarina). Cuando están listas para ser trasplantadas, las plántulas se venden a los feligreses que desean participar en el proyecto. Mediante la creación de una arboleda comunitaria, las voluntarias de AIC ayudan a mejorar las condiciones de vida de las personas mayores vulnerables, las personas que viven en la pobreza o con discapacidades. La idea es producir plántulas de árboles frutales que se distribuyen a los feligreses que tienen una parcela de tierra en la que pueden plantar las plántulas. Depende de cada feligrés hacer que estos árboles den frutos. Al mismo tiempo, los excedentes de fruta y plántulas se venden para recaudar fondos para los destinatarios. Los árboles frutales, que absorben CO2 de la atmósfera, contribuyen a reducir el calentamiento global.

Todo empezó con el primer aguacatero

En Camerún, como en otros países africanos, las personas mayores, vulnerables y desheredadas dependen en un 80% de la generosidad de los demás y de las ayudas ocasionales y mínimas de sus Estados. Es el caso de la comunidad cristiana del barrio de Oyom-Abang en Yaundé.

La idea de crear una arboleda comunitaria para las voluntarias y feligreses de AIC surge de la experiencia de una de las voluntarias de AIC, que era dueña de un árbol de aguacate que producía mucha fruta. Ella decidió compartir parte de la fruta con otras voluntarias y personas que viven en la pobreza en su barrio, y vender parte de los productos. La experiencia fue un éxito y le dio una idea: “Si un árbol de aguacate puede producir tanto, ¿cuánto podríamos ganar con diez o veinte árboles?” La idea de aumentar el número de árboles de aguacate mediante la creación de un vivero nació, no solo como una forma de recaudar fondos para las actividades de AIC, sino también de ayudar a los feligreses a diversificar su dieta.

Esta idea fue bien recibida y las voluntarias quisieron ampliar el proyecto creando una gran arboleda comunitaria con diferentes árboles frutales. Pudieron hacerlo gracias al Premio AIC Dominique para el Desarrollo Sostenible, otorgado al proyecto en 2022.

Inicio del proyecto

El objetivo general del proyecto es mejorar las condiciones de vida de las personas mayores vulnerables y de las personas que viven en la pobreza o con discapacidad en la parroquia de Nnom Nnam de Oyom-Abang, Arquidiócesis de Yaundé.

Los objetivos específicos son:

• Producir plántulas de árboles frutales
• Distribuir plántulas a las personas que se encargarán de hacerlas fructificar
• Crear, en una segunda fase, una arboleda parroquial de 3 hectáreas con 2.000 árboles frutales: 500 de aguacate, 500 de ciruelo, 500 de naranja y 500 de mandarina. Los ingresos por la venta de los excedentes de plántulas y frutos financiarán actividades de apoyo a las personas mayores.

Originalmente, una voluntaria de AIC había ofrecido su tierra para crear la arboleda comunitaria, pero su esposo falleció y ella no pudo heredar la tierra, lo que obligó a las voluntarias a buscar nuevas tierras mucho más lejos de la ubicación original. Esta situación ilustra la cuestión del acceso que las mujeres puedan tener respecto a la herencia en algunos países.

Una vez que se encontró una nueva parcela de tierra, se limpió y mejoró con un fertilizante natural (excrementos de pollo) antes de trasplantar las plántulas en septiembre de 2023. Las voluntarias y técnicos de AIC visitan el sitio regularmente para mantener las plantas y seguir su desarrollo.

Al mismo tiempo, las voluntarias de la AIC organizarán regularmente talleres de capacitación para la elaboración de jabones líquidos y aceites vegetales (aguacate), cuya venta ayudará a recaudar fondos.

Efectos positivos sobre la salud y el medio ambiente

Las plántulas se convertirán en árboles con hojas grandes que absorberán CO2 de la atmósfera, contribuyendo así a reducir el calentamiento global. Además, las semillas se recolectarán en lugar de comprarse, lo que reducirá la huella de carbono vinculada al transporte. De esta manera, el proyecto ayuda a proteger el medio ambiente y la salud de las personas mayores, a la vez que diversificará sus dietas.

Artículo enviado por: Florence Odile Enganeben
Fuente: https://www.aic-international.org/