“Ánimo soy yo, no tengan miedo”
Hech 28, 11-16. 30-31; Sal 97; Mt 14, 22-33.
En el evangelio de hoy vemos a Jesús caminando sobre el agua, yendo hacia la barca donde los discípulos batallaban con el viento contrario y el golpe de las olas. Éstos se llenan de terror porque era de noche y creían ver un fantasma.
Jesús los anima y serena: Soy yo, no teman. Al final de la escena vemos un mar tranquilo y un viento suave. Jesús les ha devuelto la quietud, la confianza, la paz.
Animados por las palabras de Jesús, hemos de reconocer y confiar plenamente en Él.
Aun cuando pasemos por dificultades Jesús no permitirá que nos hundamos. Necesitamos, antes que nada, sentir la cercanía de Jesús, Él es quien nos llama y nos sostiene de la mano, como a Pedro que sentía hundirse.
La falta de fe es uno de los mayores obstáculos para reconocer a Jesús y seguirlo confiadamente como Hijo de Dios que nos acompaña y nos salva en las crisis.
Jesús nos llama a no tener miedo, el miedo nos paraliza, no nos deja avanzar. En cambio, Jesús hará que la barca de nuestra vida llegue a buen puerto.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autores: Juan Francisco Cervantes y Sandra Pinedo, de la Sociedad de San Vicente de Paúl
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