Una frase a menudo citada de Dale Carnegie: «Dos hombres miraron hacia afuera desde las rejas de la prisión. Uno vio barro, el otro vio estrellas». Se refiere a la compleja cuestión de cómo vemos las cosas o, por utilizar las palabras de Jesús en el Evangelio de Lucas (12:56), cómo interpretamos, cómo asimilamos lo que tenemos delante.
Como creyentes en Cristo, tenemos el reto de asumir la interpretación del Señor, de esforzarnos por ver las cosas a través de sus ojos y sentirlas con su corazón.
Por ejemplo, en algún momento del siglo XVII en París, una multitud de personas está de pie ante un balcón alto con vistas a los barrios bajos de la ciudad. Algunos pertenecen a la nobleza, otros son ciudadanos corrientes, y luego están Luisa de Marillac y Vicente de Paúl. ¿Qué ve cada grupo?
Quizá un poco injusto para los nobles, pero lo más probable es que vieran problemas, una mancha en su hermosa ciudad, un nido de criminales y damas de la noche. ¿Los ciudadanos? Tal vez un montón de edificios en mal estado.
¿Qué hay de Vicente y Luisa mirando el mismo barrio? La escena les parece diferente. Para ellos, es una zona de indigentes que necesitan cobijo, ropa, comida… y aceptación. Más directamente, ven gente muy pobre que es amada por Dios, familias indigentes que tienen la impronta de Jesucristo sobre ellos y dentro de ellos..,
La misma vista pero diferentes interpretaciones, la misma escena vista a través de lentes muy diferentes.
¿Cómo se producen estos contrastes? Intervienen varios factores, pero hay uno en particular: el alcance con el que cada uno había asumido la perspectiva y los sentimientos de Jesucristo. El grado en que se abrieron a Su mensaje sobre el lugar especial que ocupan los de abajo en el Reino de Su Padre.
La pregunta: ¿cómo llegó esta percepción a influir en ti como miembro de la Familia Vicenciana? ¿Cómo ha llegado a ajustarse a tus ojos esta lente evangélica de notar y valorar a los necesitados? ¿Cómo te ha llevado a ver el mundo de otra manera, a estar en sintonía con aquellas dos personas que miraban desde aquel balcón del siglo XVII? ¿Puedes recordar las etapas de tu desarrollo de esa interpretación evangélica del mundo que te rodea?
Tu asimilación de la forma de ver el mundo de Luisa y Vicente puede haber sido gradual o quizás inmediata. ¿Puedes recordar diferentes momentos en los que se afianzó, diferentes historias que podrías contar sobre el modo en que su visión se estableció sobre la tuya? Merece la pena recordar los cambios que se introdujeron en tu visión del mundo porque te abriste a la «interpretación» de Jesús sobre cómo son las cosas y cómo deberían ser.
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