“El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos”
2 Tim 4, 9-17; Sal 144; Lc 10, 1-9.
Al leer este pasaje del Evangelio, nos damos cuenta de las características y actitudes de aquel que quiere seguir a Cristo, siendo discípulo, para así, también ser apóstol, mensajero testigo. El apóstol es, en primer lugar, alguien llamado por el Señor, designado por Él y enviado en Su nombre.
El discípulo, por haber sido llamado por Jesús se convierte en un aprendiz de Él y es, además, aquel que depende totalmente de Él. Va aprendiendo a dejar en sus manos su vida adoptando una actitud de desprendimiento de todo aquello que le impida estar con Él y se su apóstol, su misionero, su enviado… El apóstol es la persona que al haberse encontrado con Jesús va por la vida anunciándolo, y haciendo que otros vivan el encuentro con Él y se pongan también en camino… La dimensión misionera es vocación de todos los bautizados.
En esta fiesta del evangelista san Lucas, tomemos como modelo, a los primeros discípulos y apóstoles de Nuestro Señor Jesucristo. Nuestra Iglesia debe estar atenta para no descuidar su dimensión apostólica, evangelizadora y caritativa.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Jaime Reyes Mendoza C.M.
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