“¡Ay de ustedes…! que imponen cargas intolerables, y ustedes no las tocan ni con uno de sus dedos”

Gal 5, 18-25; Sal 1; Lc 11, 42-46.

Continuamos con el Evangelio de hoy, la relación tensa conflictiva entre Jesús y las autoridades religiosas de la época. Unos y otros daban primacía a los ritos y tradiciones exteriores imponiéndolas a los demás, cuando ellos solo buscaban salvar las apariencias de sus personas. Para ellos lo importante el exterior. Olvidándose que Dios se fija en el interior de la persona. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias (cfr Mt 15, 19-21).

Los escribas y los fariseos se creen sabios y justos, pero rechazando a Cristo, demuestran ser necios y estar ciegos ante la luz. Ellos se han convertido en dictadores que controlan no sólo la ley del Señor, sino también la vida y conciencia de los pobres y excluidos.

El verdadero cristiano no puede encerrarse en esquemas legalistas, obsesionado por cumplimiento externos Que el Señor nos dé a todos nosotros la gracia de entender el mensaje de Jesús, y también la gracia de no caer nunca en actitudes de apariencia de los fariseos y doctores de la ley.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Jaime Reyes Mendoza C.M.