“No veas la paja”
1Cor 9, 16-19.22-27; Sal 83, 3,4.5-6.12; Lc 6, 39-42.
Hoy, Jesús cuenta varias parábolas. Y, más que parábolas se trata de una serie de imágenes, como si fueran una proyección de diapositivas que pasan rápidamente: primero vemos la imagen de una persona ciega tratando de guiar a otra persona ciega, luego aparece una persona que no se da cuenta de la viga que tiene en el ojo mientras busca la paja en el ojo de su hermano, después se muestran un par de árboles, uno bueno y uno malo y, finalmente, surge un hombre que saca cosas de su corazón. Todas son representaciones relacionadas con la ley del amor.
¡Qué fácilmente vemos los defectos de nuestros hermanos, y qué capacidad tenemos de disimular los nuestros! ¿No será esto hipocresía? Y aún así queremos ser guías de otros y resolver problemas ajenos cuando los que necesitamos orientación somos nosotros.
Podríamos reflexionar: seguramente yo tengo limitaciones más grandes y los demás no me las echan en cara continuamente, sino que disimulan, entonces ¿por qué ser juez y fiscal de mis hermanos? Vayamos más bien por el camino de la comprensión y del perdón, porque todos somos pecadores…
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Antonio G. Escobedo C.M.
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