“Y eligió a doce…”
1Cor 6, 1-11; Sal 149, 1b-2.3-4.5-6a y 9b; Lc 6, 12-19.
Antes de contar la elección de los doce apóstoles, Lucas nos dice expresamente que “Jesús subió a la montaña a orar y pasó la noche orando a Dios”. Es el evangelista que más énfasis pone en la figura de Jesús orante. Aquí se dispone a elegir a doce, de entre los discípulos que le siguen.
Son doce: un número simbólico que puede representar muchas cosas, pero que aquí hace referencia fundamental a las doce tribus de Israel. Así, Jesús manifiesta que el nuevo Israel viene a cumplir lo que se había empezado con el antiguo. Los doce van a decepcionar a Jesús en más de una ocasión. Pero es el estilo de Dios, que va eligiendo para su obra a las personas que menos imaginamos.
La comunidad de Jesús es apostólica. Está cimentada en la piedra angular que es Cristo. Pero también tiene como fundamento a los apóstoles que Él mismo eligió. Desde que recibimos el bautismo, nos convertimos en sucesores de ellos. Nuestro compromiso es colaborar con el Resucitado.
Ahora, los cristianos somos más de doce. ¿Hasta dónde podrá llegar nuestro mensaje?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Antonio G. Escobedo C.M.
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