“Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede”
Ap 11, 19a;12, 1-6a.10ab; Sal 44 ; 1Cor 15, 20-27; Lc 1, 39-56.
El día de hoy celebramos la solemnidad de la Asunción de la Santísima virgen María, y a propósito de ello el papa Benedicto XVI nos recordaba: «En esta Solemnidad de la Asunción miramos a María: Ella nos conduce a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad con Él, sino dejarnos iluminar y guiar por su palabra».
Esta solemnidad pues, debe acercarnos a la realidad de esa esperanza gozosa con la que María a través de este maravilloso cántico del Magníficat deja entrever la grandeza del Señor «sobre aquellos que le temen y le aman». Estas hermosas palabras nos encaminan a comprender la manera en que se complementa lo humano con lo divino, lo terreno y lo celeste; y así con gozo y alegría, hacernos partícipes de la dinámica del Reino que nos restituye a la gracia y la salvación.
El Magníficat, un cántico en el que Dios en boca de María viene a poner el mundo al revés: exalta a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Junto con María decimos: «Proclama mi alma la grandeza del Señor…».
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Osvaldo Triana C.M.
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