“No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no sacrificios”
Am 8, 4-6. 9-12; Sal 118; Mt 9, 9-13.
Hoy nos es presentada la vocación de Mateo o Leví. Es llamado allí mismo donde está al servicio del imperio Romano, de recaudador de impuestos, labor que era mal vista por todos, sobre todo por los fieles religiosos judíos. Un cobrador de impuestos era también, como el paralítico de ayer, un ser depreciable y excluido de la salvación, según la mentalidad y tradición religiosa.
Pero Jesús lo llama a formar parte de su comunidad, la comunidad del Reino. “Él se levantó y lo siguió”. Otra acción liberadora de Jesús, mal vista por la casta religiosa de su tiempo, por eso lo acusan de juntarse con gente de mala fama, de comer y beber con pecadores.
Parece que la convivencia fraterna con todas las personas, sin importar su condición social o religiosa, era desconocida y no entraba en los esquemas de convivencia social y de las prácticas religiosas.
“No nos dejes caer en la tentación y libranos del mal”. Amén.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Rosendo Martínez Flores C.M.
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