«Señor mío y Dios mío»
Ef 2, 19-22; Sal 116, 1-2; Jn 20, 24-29.
Santo Tomás Apóstol es dado a conocer especialmente por el evangelio de san Juan. Tomás es el que invita a los Apóstoles a ir con Jesús a Judea y morir con él (Jn 11, 16). Es también la pregunta de Tomás que provoca las palabras de Jesús: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6) y con su falta de fe nos ayuda a creer con su posterior profesión de fe: “Señor mío y Dios mío” (Jn 20, 28).
El apóstol que hoy celebramos conoció a Jesús, lo escuchó todo el tiempo del camino hecho con el maestro, recibió todas sus enseñanzas. Vio los milagros que realizó… ¿No es extraño que se niegue a creer?
Así nos pasa a nosotros, conocemos a Jesús por el catecismo que hemos recibido desde niños o adolescentes; puede ser que también hayamos estudiado algún curso sobre religión, Biblia o sacramentos; puede ser que hayamos estudiado cursos avanzados sobre Jesucristo y su Iglesia, sin embargo, aun así, podemos no creer en todo esto.
Señor, enséñanos a discernir los signos de tu amor y de tu presencia entre nosotros. Amén.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Rosendo Martínez Flores C.M.
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