“Den al César lo que es del César…”
2 Pedro 3, 12-18; Sal 89; Mc 12, 13-17.
Continuamos reflexionando sobre la honestidad. La confrontación de Jesús con los partidarios de Herodes y fariseos pone de manifiesto su intento de ponerle una trampa. Descubrimos en la cercanía de los fariseos, una actitud de falsa humildad. Llenar de halagos a alguien que no te cae bien, es claramente una actitud hipócrita.
Con frecuencia encontramos personas que se acercan a la Iglesia cuando necesitan un sacramento y hablan de Dios de manera especial, sin embargo, aparece la incoherencia cuando en la vida se vive de manera diferente a la manera de Jesús.
Señor, cada día, cada momento en los cuales puedo apreciar tu gran rectitud, tu sinceridad, humildad, sabiduría y fidelidad y el grande amor que nos tienes, me llena el corazón de buenos sentimientos para decirte: ¡GRACIAS MAESTRO! Sé que la vida no es fácil, pero quiero aprender de ti para saber dar lo que corresponde a cada quien. Por eso te pido, Señor Jesús, que me guíes y te hagas presente con tu Espíritu en todas mis acciones.
Pidamos a Dios el don de la transparencia y la sabiduría para darle a Él lo que le corresponde y a la comunidad humana y a todos, lo que es justo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: José Alfredo Delgadillo Padilla C.M.
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