“Y (el Padre) los ama, porque ustedes me han amado y han creído que yo salí de Dios”
Hech 18, 23-28; Sal 46; Jn 16, 23– 28.
Este sábado nos prepara de manera inmediata para mañana domingo, que celebramos la Ascensión del Señor. Con esta fiesta iniciaremos la última semana de Pascua, que concluirá con la celebración de Pentecostés.
Jesús en su enseñanza recurre frecuentemente a las parábolas para hacer accesible su mensaje a la gente sencilla y humilde; pero en esta despedida en la última Cena, les explica que les hablará claramente del Padre. También les dice que, llegado ese día, no necesitarán preguntar nada e incluso habla de que intercederá por ellos ante el Padre, concediéndoles aquello que pidan: “Pidan y recibirán; así su alegría alcanzará la plenitud”. Nuestro Señor les confirma que cuando llegue ese día, ellos orarán al Padre en su nombre.
Nosotros, que también somos sus discípulos, estamos invitados por Jesús a reconocerlo como nuestro intercesor ante el Padre. Sabemos que somos amados por el Padre por nuestro amor a su Hijo y porque creemos que él viene de Dios.
Padre bueno, concédenos vivir como hijos tuyos en el amor, como nos dio ejemplo tu Hijo Jesucristo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Juan Carlos Reyes Mendoza C.M.
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