“¿No es éste el hijo del carpintero?“
Hech 15, 1-6; Sal 121; Mt 13, 54-58.
La Iglesia ha querido celebrar la memoria de San José Obrero, padre y custodio del Señor, precisamente el Día del Trabajo, fecha en que se conmemora internacionalmente la represión a una manifestación obrera en Chicago (E.U.), en el mes de mayo de 1886. La conmemoración fue acogida en México a partir de 1913.
El objetivo de esta celebración del Día del Trabajo es promover los derechos humanos en el mundo laboral y reflexionar sobre el valor del trabajo humano. De igual modo, es una oportunidad para reafirmar el compromiso de garantizar la justicia en las relaciones laborales y la construcción colectiva de mejores ambientes de trabajo.
El Papa Pío XII instituyó en esta celebración la memoria de San José Obrero a partir de 1955, para qué él sea el modelo y protector de los trabajadores. Estas fueron las palabras del Papa pronunciadas en la plaza de San Pedro sobre San José: “El humilde obrero de Nazaret, además de encarnar delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, sea también el guardián de ustedes y de sus familias”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Juan Carlos Reyes Mendoza C.M.
0 comentarios