Busquemos y anhelemos el pan verdadero que alimenta nuestra alma
Hech 6,8-15; sal 118; Jn 6, 22-29.
El pasaje evangélico de este día es la continuación del pasaje de la multiplicación de los panes. Jesús se retira de la presencia de aquellos que habían llenado sus estómagos pero que aún no habían saciado su alma, simbólicamente él quiere que ellos vayan en búsqueda del alimento verdadero, de su Cuerpo y Sangre, sin embargo, ellos parecen no entender, por ello el reproche de Jesús: “Ustedes me buscan por…”.
Cuántas veces buscamos a Dios solo por intereses vacíos y no por lo más profundo y necesario para nuestra vida. Preocupados solo por lo material, por salvar el cuerpo y olvidando el trabajo por la salvación eterna.
Tantas veces acudimos a Dios solo en la enfermedad o cuando hay problemas, pero cuando estamos bien de salud mental o física nos olvidamos de Dios. Hermanos, busquemos siempre a Dios; si tenemos a Dios en nuestra vida lo demás se nos dará por añadidura, los problemas y enfermedades serán cosas que no nos quitarán el sueño.
Digamos juntos: Con Dios todo lo puedo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Iván Pech May C.M.
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