“Nacer del agua y de espíritu”
Hech 4, 32-37; Sal 92; Jn 3, 7-15.
San Juan en el evangelio de hoy nos presenta el encuentro entre Jesús y Nicodemo, que por la noche va a buscarle. Jesús, luz del mundo, iluminará la oscuridad que experimentaba el corazón de Nicodemo.
La invitación que Jesús le hace, por extraña que parezca, es una invitación por demás actual para nosotros: “Nacer de nuevo”, que significa volver a nacer; podría decirse que es iniciar una vez más el camino, pero de una manera diferente. En nuestro caminar muchas veces hemos caminado a tientas, sin dirección. El nuevo nacimiento es dejarse guiar de la mano de Dios, es renunciar a lo que sabemos y somos, para dejar a Dios enseñarnos el camino y rehacer nuestra vida. Nicodemo en ese momento no se atrevió a responder a la invitación de Jesús, su respuesta la encontraremos no con palabras sino con aquella acción realizada en pleno viernes santo cuando, junto con José de Arimatea, colocan el cuerpo de Jesús en el sepulcro; irónicamente, al colocar ese cuerpo muerto depositaban también su pasado para renacer como Jesús le había propuesto aquella noche.
¿Estamos dispuestos a rehacer nuestro camino tomados de la mano de Jesús?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Iván Pech May C.M.
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