“La paz esté con ustedes”
Hech 3, 11-26; sal 8, secuencia; Lc 24, 35-48.
En el caminar de la vida son muchos los momentos difíciles que nos hacen perder la tranquilidad, incluso la fe (problemas económicos, muerte de un ser querido, conflictos intrafamiliares, etc.). Sin embargo, Dios no quiere que sus hijos vivan de esa manera.
Antes de partir al cielo Jesús quiso que sus discípulos recobraran la tranquilidad y la paz para poder cumplir la misión que él tenía preparada para ellos, y es que sin la paz y tranquilidad es muy complicado cumplir con la misión que cada uno está llamado a desempeñar. Un padre o madre de familia que muchas veces se ven desbordados por los diversos problemas que enfrentan y a los que no encuentran salida, un joven a quien el peso de los problemas lo lleva a la desesperación y a tomar decisiones equivocadas… La paz es necesaria en el corazón de cada hombre y mujer para realizar en su propia vida la misión que Dios le ha dado.
Dejemos que Jesús nos dé la paz y nosotros pongamos nuestro mayor empeño en cumplir el sueño que Dios ha tenido para nosotros desde toda la eternidad.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Iván Pech May C.M.
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