“Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra”
2 Re 5,1-15; Sal 41 y 42; Lc 4, 24-30.
Jesús, al presentarse en la sinagoga, se encuentra con la incredulidad y con el rechazo de sus paisanos. Jesús concluye lo que ya él mismo sabia de los profetas del Antiguo Testamento, que fueron rechazados por los propios, los de casa.
Jesús hoy nos está dando un ejemplo a seguir.
¿Cuántas veces nosotros, ante las críticas, burlas, o desprecio de las demás personas hemos desistido de nuestro compromiso evangelizador?
El Evangelio de Jesús y nuestra labor evangelizadora no es tarea fácil, y en el camino vamos a encontrar muchas piedras de tropiezo. Pero no es para rendirnos –Jesús nunca se rindió–, es para tomar fuerzas de ellas y sentirnos orgullosos de nuestra misión. A ejemplo de Nuestro Señor, sigamos cada día con más entusiasmo llevando su Palabra a los corazones más necesitados.
Nunca rendirnos, la guerra espiritual es de valientes, y con la gracia de Dios y la fuerza del Espíritu Santo que acompañó a Jesús y que él nos dejó, podemos mantenernos firmes y fieles a nuestra misión.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Jesús de Luna C.M.
0 comentarios