“El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz cada día y sígame”
Deut 30, 15-20; Sal 1; Lc 9, 22-25.
¡Qué tremendo proyecto para caminar en la Cuaresma el que nos propone el evangelio de hoy!: “El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz cada día y sígame”.
Negarse a sí mismo lo entendemos no como aniquilarse o despreciarse, sino como cambiar el sentido en que vivimos y actuamos: En lugar de buscar ser el centro y la medida de todo, buscando solo nuestro provecho y beneficio, vivir mirando a los hermanos y procurando su bien. Es entonces cuando encontramos el verdadero rumbo de nuestra vida.
Cargar la cruz de cada día sería un llamado a vivir con responsabilidad y compromiso los desafíos diarios que nos toca enfrentar. No negar ni evadir nuestra realidad, sino tomarla sobre los hombros y caminar conconfianza y esperanza. Seguir a Jesús es ponerlo a él como horizonte de nuestra vida, buscando pensar, sentir, actuar… como lo haría Jesús. Recuerden la pregunta fundamental que le facilitaba a San Vicente de Paúl el seguimiento de Jesús en cualquier circunstancia: “¿Qué haría Jesús en mi lugar?”.
Aquí tenemos, pues, nuestro programa para esta Cuaresma. Y para toda la vida.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silviano Calderón Soltero C.M.
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